Ladrón de Recetas - 86190 Villahermosa

Todo comenzó en Mayo 2020, en plena cuarentena. Me refugié en la cocina, mi hobby favorito, para no enloquecer por tantas cosas que pasaban afuera: estrés colectivo, la crisis en mi agencia, poco dinero, tiempo libre, el corazón roto y una ansiedad espantosa.
Todos los días me encargaba de cocinar para mi familia, poner la mesa como me gusta y consentirles diario con algo nuevo. Llegado el día 27 de ese mes, cumple 95 años mi abuela materna, que estaba pasando el confinamiento con nosotros en casa.
Mercedes, mi abuela, es una mujer de esas de antes. Fuerte, imparable, capaz, emprendedora… una chingona en toda la extensión de la palabra y mi más grande inspiración.
Para su cumpleaños, le hice un pastel de zanahoria (EL pastel de zanahoria). Una receta espectacular que me encontré por ahí y modifiqué a mi antojo, unas velas doradas que encontré aplastadas en y una tabla de cocina.
El resultado gustó tanto en mis stories que algunos amigos me insistieron, ya que estábamos en el auge de los proyectos emergentes, que lo vendiera.
Lo dudé mucho. “¡Yo no soy cocinero! ¿Qué hago yo vendiendo pastel? Soy un mercadólogo exitoso, tengo años trabajando en mi negocio.” Todo eso y más me pasaba por la cabeza pero recordé a mi abuela. A ella no le daba pena tener 2 ó 3 trabajos o vender budín o costurar o lo que fuera necesario y estuviera en sus manos hacer para sacar adelante a sus 4 hijas. 
Entonces, ¿por qué no? Lo hice. Y qué bueno que lo hice. Quién diría que el pastel de cumpleaños de mi abuela se convertiría en mi producto estrella y el comienzo de este proyecto. Gracias, abuela.