7 Eleven Empresa - 03740 Ciudad de México

Es la segunda tienda despues de insurgentes y Actipan donde no tienen cambio, igualito que un estanquillo

Terrible la actitud de la señorita más grande, se nota que no le gusta su trabajo y lo refleja en la atención que da al cliente

OJO!! Me tacharon y sellaron un billete de $500 pesos porque según ellos era falso hasta intentaron retenerlo pero no me dejé. Lo llevé a dos bancos y me dijeron que NO era falso y que por ningun motivo pueden sellarlo y mucho menos retenerlo, son unos estafadores. Tuve que poner mi queja ante el banco de mexico y profeco.

Totalmente desagradable sobre todo el turno nocturno .no es la primera vez que pasa independiente de la edad de los muchachos que la atienden es la falta de educación .somos clientes frecuentes de cuando menos tres veces cada fin de semana ya que trabajamos en un bar aledaño . La prepotencia y falta de actitud de servicio es muy marcada nunca tienen cambio y los muchachos que se encuentran hoy dicen que no es su obligación, que es la obligación de su gerente y que no les deja cambio .de echo un muchacho que desconozco si pertenece al establecimiento ya que no cuenta ni con uniforme ni con credencial y de una manera prepotente y cobarde por que no me lo dijo a la cara grito que ya no regresara . Algo que no entiendo que si es un establecimiento mercantil no cuente con capacitación a sus empleados ya que ninguno el el turno nocturno tiene esa actitud de servicio.lo cual me ha orillado a buscar otras instancias ya que como lo mencione anteriormente no es la primera vez y ya es demasiado molesto .

Este 7-Eleven tiene algo que casi no se ve en otras sucursales, tienen una variedad mas amplia de cervezas, inclusive en cervezas artesanales y internacionales. Me encanta, y a diferencia de otros donde he ido este 7-Eleven nunca me falla cuando Dr. Pepper se tratar. Genial.

¡COMPARTE, NO VOLVERÉ A COMPRAR EN 7-ELEVEN, MI PERRO ESTUVO EN RIESGO DE MORIR! CDMX, 1 de septiembre de 2019 cerca de la medianoche, 7-ELEVEN Insurgentes Sur casi esquina con Calle Empresa, Col. Extremadura Insurgentes. Regreso a casa tarde en la noche después de un día ajetreado, como todos los días en esta jungla de asfalto, trato de aprovechar el poco tiempo antes de ir a dormir sacando a mis dos perritos a caminar y distraerse, y a la vez tratando de conseguir algo de cenar para ellos y para mí. Después de una larga caminata, de regreso a casa, pienso en la sucursal 7-ELEVEN mencionada como una alternativa de emergencia para conseguir cena para todos (mis perros Muriel y Tobías, y su servidor). Cabe mencionar que desde hace tiempo prefiero prepararles comida de calidad (pollo o carne real acompañada con croquetas, que al final cuesta lo mismo o menos que “fast food perruna”), invirtiendo algo de tiempo en el mercado local (Mercado Tlacoquemécatl, ¡vayan!), pero las actividades de los últimos días me lo habían impedido, obligándome a recurrir a la emergencia de la fast food de 7- ELEVEN. La sucursal mencionada PROHIBE la entrada de mascotas desde hace unos meses, y al mismo tiempo NO CUENTA CON UN LUGAR ADECUADO para que ellos esperen afuera, por lo que mi única opción ha sido amarrarlos lo mejor que puedo en un parabús a la entrada. Dentro de la tienda, estaba yo escogiendo “basura”, comida chatarra, productos prescindibles, como todo lo que venden, “basura” de comida de perro y “basura” de comida de humano, cuando un empleado, me dice (después de que toda la vida se la pasa apático, una vez fue proactivo) “oiga joven, nomás que su perro no puede entrar a la tienda”. Lo primero que pensé: mis perros están amarrados a la entrada. Volteo y veo la pechera de Muriel vacía, acto seguido la veo dentro de la tienda corriendo como loca, despavorida. Como puedo la busco y la abrazo aguantando los rasguños y la llevo afuera a colocarle nuevamente la pechera. Se había soltado de su pechera como pudo (por primera vez) porque estaban lavando el parabús a chorro, y el agua chispeante la espantó. Pudo correr hacia el arroyo vehicular de Insurgentes Sur o de Avenida Extremadura arriesgando la vida, por suerte fue a buscarme dentro de la tienda, pudo el empleado advertirme después de ver la acción, “tu perrita de soltó de la pechera” pero dijo “no puede entrar a la tienda”. Mi conclusión, a 7-ELEVEN le importas muy poco, le importa tu dinero, ¿porqué se lo seguimos dando?, ¿y si mejor vamos al mercado local, a la tiendida de barrio? ¿Porqué 7-ELEVEN prohíbe la entrada de mascotas a las tiendas? ¿Acaso no el mundo es de todos? ¿Acaso no, antes de que 7-ELEVEN pagara dinero por esa tierra, y de que los humanos acostumbráramos intercambiar papel (billetes) por tierra, el mundo era de todos los animales? ¿Si los perros gastaran dinero los dejarían entrar? VOY A COMPARTIR ESTE POST HASTA EL CANSANCIO, 7-ELEVEN ME BLOQUEARÁ Y CREARÉ NUEVOS PERFILES PARA SEGUIR COMPARTIÉNDOLO, HASTA QUE ELLOS EMITAN UNA POLíTICA CLARA DE TOLERANCIA A LAS MASCOTAS. LA TIERRA ES DE TODOS, NO SOLO DE AQUELLOS A LOS QUE 7-ELEVEN PUEDE ARRANCARLES UN PEDAZO DE PAPEL DE LA BOLSA (BILLETES $).

No tiene disponible el pago con código QR , falta mas trabajar el servicio al cliente

Les doy 1 estrella sólo para poder publicar. NO TIENEN NINGÚN TIPO DE CAFÉ