Balan Ce Saludable - 36250 Marfil

Mi historia de transformación a través de una alimentación saludable.

Agradezco desde lo más profundo de mi corazón que la vida haya puesto en mi camino a Valeria Lozano, fundadora del Instituto Hábitos, ha sido mi inspiración y el parteaguas para sanar tanto en la parte física, como en la emocional y espiritual.

Desde mi formación de casa me he inclinado por una alimentación saludable, mi madre siempre fue partidaria de este tipo de alimentación, recuerdo que nunca faltaban las verduras al vapor, las almendras, los tés naturales, cuando era carne, prefería la blanca y que fuera cocida o asada y en pocas ocasiones la carne roja, al día de hoy no he probado las vísceras, nunca nos preparó un platillo con este tipo de carne, y no he tenido la mínima curiosidad por probarlo, y en estos tiempos con la gran cantidad de resultados de investigaciones que nos apoyan en respaldar lo perjudicial que es el consumo de carne roja, por tantos químicos y aditivos que contiene y que decirlo de las vísceras que contienen el sentir del animal, ¡imagínate!, consumir el hígado de un cerdo o de una vaca que fue maltratada, ¿te imaginas que contiene ese hígado? te estás comiendo toda la emoción y sentir del animal, el daño puede ser inmediato o a largo plazo pero siempre perjudicial para tu cuerpo, para tu sentir y para tu comportamiento. Me encanta la carne,  ¡no se espanten!, no soy vegetariana, estoy a favor del consumo de proteína, es parte del balance en una alimentación, lo que sugiero es consumir proteína de calidad, principalmente cuando a proteína animal se refiere.

¡Siempre debe existir un Balance en tu alimentación!

Mis primeros 8 años de vida fueron en una granja al sur del Estado de Guanajuato, México, fue lo más maravilloso y gratificante que he vivido, recuerdos y vivencias que llevo impregnados en el alma; mi abuela paterna cocinaba tortillas en comal de leña, íbamos a moler el nixtamal al pueblo más cercano, una experiencia de lo más fascinante; preparábamos uchepos (tamales de elote tierno que mi padre sembraba y cosechaba) originarios de la cultura purépecha, que al día de hoy preparó con ese cariño y sabor que ella me enseñó, (receta que encontrarás en nuestro libro de recetas) gorditas de trigo, que se preparaban con materia prima que se producía en la granja, y horneábamos en un horno de tabique rojo, tipo iglú, (quien los conoce sabe de qué hablo); queso fresco, ¡riquísimo!, de vaca y de cabra (sin pasteurizar y que no nos hacía daño), de los animales que mi abuelo criaba y que consumían alfalfa de la que se sembraba y se cosechaba exclusivamente para estos animales, y que nos proveían de lácteos naturales; y que decir de los árboles frutales, teníamos naranjos, guayabos, granados, manzanos, aguacates, membrillos, guamúchiles, limones, limas, y nopales que mi madre cortaba directo del cactus y a quitar espinas para preparar una rica ensalada y acompañarlos con unos ricos frijoles y tortillas de nixtamal, los detalles de la comida no terminan, todo fue extraordinario y lo mejor, 100% natural.