BEL SAN Cosmética Natural S.C. de R.L. de C.V. - 44230 Guadalajara

María Lurdez Padilla - Dueño

En el año de 2004 empecé a trabajar en una empresa de mucho prestigio donde se fabrican suplementos alimenticios y productos terapéuticos. Por ese entonces me encontraba en el área de atención al cliente, cosa que me gustaba mucho puesto que me daba la oportunidad de recomendar y hablar de los productos que se vendían de manera más personal. Con el tiempo mi desempeño me permitió incursionar y fabricar  productos de cuidado personal. Comencé a prepararme y estudiar durante varios años la Química Cosmética, Productos de Perfumería y Belleza, Aromaterapia, Herbolaria y Microdosis, así como Cursos y Seminarios de Producción y Actualización de Cremas Cosméticas (siempre hay novedades en este mercado cosmético)

En el año 2008 le diagnosticaron cáncer a una de mis hermanas. Fue devastador para ella y toda la familia. Se le encontró un tumor en un ganglio que los médicos decidieron remover para evitar complicaciones. La operación se llevó a cabo lo más pronto posible, sin embargo los resultados finales no fueron los esperados. El cáncer se había propagado ya formando metástasis a otras partes del cuerpo. Su moral y físico se vieron debilitados durante toda esa época, causándole una intensa depresión al verse incapacitada para atender a su familia y sufriendo las constantes quemaduras y llagas en su piel debido a las radiaciones que le aplicaban cada determinado tiempo.

 La llamaba con regularidad para saber noticias de su estado de salud, me platicó de su molestia y ardor en la piel, consecuencia de la misma terapia radioactiva y quimioterapias, deseaba disminuir la formación de llagas y grietas que le causaban tanto dolor. Fue entonces que me decidí a crearle un bálsamo especial para su malestar, valiéndome de mis conocimientos adquiridos, mucho amor y la ayuda de Dios.

Resultados

Realicé diversas pruebas en fórmulas concentrándome en los efectos y le presenté una crema refrescante y regeneradora de caléndula y avena para que la probara. La crema le calmó los ardores, le refrescó su piel y le fue disminuyendo las lesiones poco a poco. Feliz y emocionada por tan buenos resultados mi hermana quiso que otras personas que conocía con el mismo problema se beneficiaran de ella y la probaran.

Durante mucho tiempo regalé mi crema a diversas personas en hospitales de asistencia pública que accedieron a probarla buscando una mejora, hasta que cierto día una asociación llamada Galilea 2000 comenzó a pedirme cremas para sus enfermos en tratamiento de quimioterapia de manera regular, dado que tenían muchos testimonios de enfermos beneficiados con los efectos de la misma.

A partir de esta maravillosa crema y la satisfacción personal vivida de poder ayudar a otras personas y no solo a mi hermana, empezamos mi esposo y yo a formular otros productos: terapéuticos, de belleza y cuidado personal.