Cabañas Sierra Verde - 73314 Tlatempa

Bonitos paisajes y buen lugar para pasar un fin de semana

Bella experiencia, precios accesibles, las instalaciones son increibles, la seguridsd fantastica, te sientes como en casa. Lo recomiendo ampliamente

El personal exelente, los jardines hermosos, el ambiente muy agradable, todo el lugar muy limpio. Es la 4 vez que nos hospedamos

Un poco escondido, pero señalizado, excelente atención y servicio, todo limpio, un lugar muy agradable reserven antes, me saludan a Melissa ?

Me encantó el lugar, esta muy bonito las áreas verdes en perfecto estado, la atención muy buena. Las cabañas bonitas.

Muy bonito lugar, aunque hace falta más espacio para el estacionamiento, cuando comes en los jardines el aire helado enfría la comida muy rápido, y el servicio puede mejorar muchísimo.

El lugar es bonito pero el trato que recibimos fue horrible, no hay agua caliente en las habitación, no limpieza en los cuartos, no hay orden en áreas compartidas y aparte se nos fue la luz a media cena de año nuevo y nadie nos dio una respuesta. La maestra juanita nos trató horrible. No recomiendo en absoluto el lugar.

Deseo compartir la percepción de la reciente visita el pasado fin de semana largo que desde luego es positiva, pero que vista desde un sentido crítico, quizá contribuya para que la plusvalía mágica de Zacatlán siga regalándonos la posibilidad de un desarrollo para todos los paisanos con la iniciativa de aprovecharla. La impresión de calidez, extrema belleza, quietud, confort y recogimiento son de verdad las primeras impresiones que recibimos al llegar. Mil aplausos por ello. Las áreas de oportunidad con que mis invitados y personalmente nos retiramos, con el fin de que esa magia no se revierta y verdaderamente quedemos convidados por un regreso y permanente recomendación de sus servicios. No me cabe la menor duda que su éxito de crecimiento y permanente ocupación de Sierra Verde está garantizado mientras dure este boom turístico zacateco que lo llena de plusvalor y no entre en un desangelamiento como el que han sufrido antes tantos otros atractivos lugres turísticos debido a la sobreexplotación leonina de su riqueza. Considerando que los turistas que llegamos a Zacatlán tenemos un historial turístico acumulado, no podemos no comparar los servicios recibidos en otros lugares, cosa que nos hace generar expectativas y desde luego quedarnos y recomendar con quienes hacen la diferencia. En el caso de Sierra Verde, la diferencia positiva es la calidez de la iluminación nocturna, la imagen y el sonido de la fuente, los amplios, bien cuidados y bellos jardines, las muy buenas camas y sus hermosas vistas boscosas. Qué decir del trato gentil, cálido y personalizado. Lo que esperamos conforme a lo que recibimos casi en cualquier lugar: agua corriente y caliente permanente, no solo para bañarse y sin tener que ir a buscar quien lo encienda. Desagüe de las coladeras de las regaderas, agua destilada en las habitaciones, lámparas de buró y deferencias que hacen la diferencia. El desayuno fue muy frugal, desabrido y demasiado caro en lugar de opíparo como se esperaba. Tuvimos que ir a almorzar a otro lado por mucho menos dinero. Extrañamiento por no recibir ninguna clase de consideración, descuento o cortesía por no tener la reservación acordada y la muy desagradable sorpresa de descubrir desechos del ratón entre la ropa de cama. No todas las personas somos de rancho para minimizar esos detalles. Inflexibilidad por custodiar nuestras maletas mientras pasaban por nosotros por acaso una hora más y considerando que tuvimos que ir en búsqueda de un almuerzo en los alrededores por no existir el servicio en Sierra Verde. Nos vimos desalojados mientras pasaban a recogernos. Incluso tuvimos que solicitar servicio de uso de sanitarios antihigiénicos y rudimentarios con un señor vecino debido a esa inflexibilidad, interpretada como grosería. En ningún hotel o cabañas son tan rígidos. Ya para el lunes, día de retiro, hay un relajamiento contrastante en la atención de recepción. Ya no hay el suficiente personal atento a las necesidades de los clientes. Ya no hay fuente, ya no se percibe atención cuidadosa, no hay servicio de comedor, restaurante o snak, ya no hay magia. Todo se esfuma. Hay desangelamiento y cometarios ya no tan gratos sobre Sierra Verde y posible regreso a Zacatlán. Lo que inició como ilusión, termina como triste realidad. Zacatlán hoy es tierra pródiga por lo que el programa Pueblos Mágicos encontró en ella. Nos regala paisajes, fenómenos climáticos, suculenta comida, estilo costumbrista y colonial en sus calles y edificios, estampas étnicas, arquitectura centenaria y misticismo, espectáculos gratuitos, atractivos como el reloj floral, la banca de Pedro Escobbedo, los autómatas y decoración exterior de los museos del reloj. Los emprendedores como ustedes son beneficiarios de esa prodiga y generosa plusvalía. No acabemos con la gallina de los huevos de oro.