Club El Centinela - 04450 Ciudad de México

TRAYECTORIA Y MOTIVACIONES

VIAJE DEL EMPRESARIO

Soy una mujer profesionista con hijos adultos independientes, acostumbrada a trabajar desde los 18 años. Siendo adulta mayor me sentí con ganas de continuar trabajando en algo más relajado (más de la mitad de mi vida laboral la realice en la iniciativa privada, sector muy demandante); recuerdo que platicando con una amiga cuya amistad había iniciado cuando éramos estudiantes del CCH, frente a una copa de vino tinto, me propuso: ¿porque no estableces un asilo?, ya lo hiciste en Xalapa ayudando a otra amiga. ¡no lo pensé demasiado¡ en la colonia donde vivo hay muchos. Cuando los visité desistí por la tristeza que observé en el semblante de los usuarios y lo mal oliente de sus instalaciones. Asistí a otros, muy bonitos por su infraestructura: jardines, áreas recreativas, etc. pero la desolación persistía en los usuarios. No me sentí capaz emocionalmente de dirigir un asilo. En nuestra cultura está estigmatizado llevar a nuestros padres al asilo.

Algunos le llaman DEPÓSITO DE HUMANOS. Esa opción no es aceptable socialmente. 

Había desistido cuando una persona me habló de las estancias de día, que son muy exitosas en Europa; me di a la tarea de investigar y ¡Eureka¡ ese modelo me convenció. La gran diferencia es que las personas adultas mayores continúan viviendo en sus propios espacios y con sus seres queridos; van a las estancias a ser estimulados física, cognitivamente, a socializar, hacer amigos, comer rico y en compañía. 

En 2014 creamos Club El Centinela para adultos mayores y empezamos a recorrer un largo camino: remodelar una casa muy grande, nos inscribimos en la Fundación Proempleo, organización que tiene como finalidad apoyar y dirigir los modelos de negocio para emprendedores; invite a participar en este proyecto a un médico y a un contador. A la Fundación Proempleo le estoy muy agradecida por su asesoría y dirección, desafortunadamente las citas son muy esporádicas y eso alarga el proceso de incubación, que realizamos en un año aproximadamente. Cuando el contador vio los resultados de la corrida financiera renunció pues la recuperación del capital invertido sería muy lenta; el prestigio del médico que me ayudó a la consolidación del modelo no fue suficiente ya que el desconocimiento en mercadotecnia fue decisivo. Tres años después de haber iniciado la operación con 3 usuarios solo llegábamos a 7 u 8, nuestro punto de equilibrio (donde los gastos son iguales a los ingresos) son 12. Operamos durante esos 3 años con pérdidas económicas. ¿Qué me sostenía? Los excelentes resultados en el ánimo del adulto mayor; oírlos reír, cantar, disfrutar de una rica comida, así como la tranquilidad del cuidador primario y de su familia, me impulsaron a seguir adelante. 

Fue hasta 2017 que al incorporar a mi hija, una joven de 28 años, economista igual que yo, con intuición comercial, hábil en las redes sociales y en las relaciones públicas cuando se logró superar el tan anhelado punto de equilibrio. Incorporó el transporte para darle seguridad a los hijos y el servicio de cuidadoras a domicilio. 

Su integración al equipo de trabajo y la confianza que deposité en ella hizo posible, al quedar como responsable de la organización, que cursara la especialidad en Administración Gerontológica a nivel de posgrado que ofrece la UNAM. Participe en el Concurso Nacional de Ensayo “Isaac Chertorivski” sobre administración gerontológica en el que logré obtener uno de los 9 premios otorgados. 

En ese posgrado conocí muchas personas comprometidas con la gerontología. Una de ellas solicitó hacer sus prácticas profesionales en el Club para obtener el grado de maestría por la Universidad Internacional de Valencia, España. Al comparar el modelo de atención que promueve esa Universidad conocido como Atención Centrado en la Persona (ACP) con el que seguimos en la atención de los adultos mayores en esta organización, confirmamos que vamos por buen camino, ya que gran parte de esa metodología es aplicada en Club El Centinela y estamos en proceso de adoptar esa metodología en un mayor porcentaje. 

En Julio 2019 abrimos una sucursal en la colonia Nápoles. Estamos “escalando nuevamente la montaña”, lo cual implica integrar y capacitar los recursos humanos cálidos y profesionales (ese es nuestro diferenciador con la competencia), dar a conocer los extraordinarios resultados de este modelo de atención, estudiar diferentes disciplinas principalmente mercadotecnia, porque después de haber sido timados por personas que se dicen “gurus” de esta disciplina, me percaté que la ignorancia tiene un precio.

Estoy convencida que es necesario difundir las bondades de las estancias de día, ya que los hijos requieren ayuda, porque muchas veces se pierde la paciencia con los padres, no se sabe reconocer que son síntomas de depresión no desear levantarse, no salir, solo ver televisión, no querer bañarse y que el sentimiento de soledad que les acompaña puede ser erradicado a través de este modelo de atención.