Colegio San Ángel y-o Colegio Tloque Nahuaque A.C. - 75750 Tehuacán

La peor escuela

Exelente escuela

Excelente colegio

El mejor colegio de Tehuacan

Estimado ciudadano: Por este medio me dirijo a usted para manifestar mi inconformidad y hacer públicas las irregularidades que se presentan en el Colegio San Ángel del Centro Cultural Tloque Nahuaque A.C., por parte de su Directora y fundadora, Olivia Paz Carrera Cabrera, quien además de tener una actitud dogmática, altanera y mezquina, obtiene beneficio a través de diversas artimañas y/o evitando diferentes situaciones que se le presentan; altivez, prepotencia, intolerancia, arbitrariedad y cobardía, son otras de las particularidades que identifican a esta personalidad inhumana. Su institución carece de áreas deportivas y recreativas, una plaza cívica, sala de cómputo e instalaciones higiénicas que satisfagan las necesidades educativas y sanitarias del personal, así como de los escolares. La empresa promete una educación de calidad basada en valores como el respeto, la tolerancia, la justicia, el amor, la honestidad, etc. sin embargo, ninguno de ellos pone en práctica su iniciadora. Dentro de la institución, se tiene un espacio destinado a almacenar un sinnúmero de materiales que los padres con mucho esfuerzo han ido otorgando como requisito de ingreso. Esta lista de materiales va desde un par de cartulinas, franelas y plumones para pintarrón, hasta jabones de tocador, pasta de dientes, vasos y platos desechables. Es irritante el acumulo de artículos de papelería que ha ido acaudalando y que año tras año continúa exigiendo sin justificar el uso y fin de estos. Una de las cosas más despreciables que se presentan, es la repugnante comida que la señora guisa y vende dentro del comedor escolar, ya que además de que los alimentos son preparados con una execrable higiene, todos los ingredientes son de la más baja calidad, y que, por si fuera poco, la señora Carrera exige a sus docentes a que persuadan a los padres y alumnos a comprar única y exclusivamente dentro del colegio. Si no cumplen con las altas expectativas de venta, los docentes son reprendidos y obligados a encontrarle solución a algo que ella percibe como un movimiento telúrico con magnitud de 9.5 en la escala de Ritcher. Los docentes por su parte no cuentan con las condiciones para desarrollarse plenamente en su trabajo, ya que no cuentan con una capacitación al ingresar a la institución, ni cuentan con las condiciones suficientes de seguridad e higiene. Por otro lado, sus horarios laborares no son respetados y no cuentan con estabilidad laboral ni seguro social. Además del ejercicio abusivo de poder que tiene sobre ellos, con gran frecuencia los instructivos son excluidos o despedidos por alguna circunstancia discriminatoria. Los alumnos no tienen una hora precisa para desayunar; donde en ocasiones se retrasa el almuerzo hasta cerca del mediodía, interfiriendo así con la reposición de energía gastada en las primeras horas de clase; incluso con el rendimiento cognitivo, la concentración y atención de los niños y niñas que asisten a ese intento repulsivo de liceo. El despotismo es tan presente que, en ocasiones, la señora Carrera ordena a los estudiantes a realizar el aseo del plantel incluyendo los sanitarios y situando a cumplir la tarea a los más pequeños de nivel preescolar. Es una situación meramente injusta y ofensiva especialmente porque se trata de un abuso, descuido y falta de diligencia hacia individuos que carecen de la capacidad para defender sus propios derechos: Los Niños. Durante años, cientos de padres, docentes y primordialmente niños, han sido víctimas de los abusos de poder que van totalmente en contra de los Derechos Humanos previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los tratados internacionales y en las demás leyes aplicables, esencialmente en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (publicada el 4 de diciembre de 2014), la cual reconoce a niñas, niños y adolescentes como titulares de derechos. Se exhorta a la sociedad a repudiar y condenar esta clase de comportamientos infames que va en contra de la protección de los niños.