La Cocina de Coco - 37179 León

Todos hemos oído alguna vez, ya sea de nuestros amigos o familiares o incluso de nuestro médico, lo importante que es mantener una dieta sana y equilibrada en nuestra vida diaria.

Pero, ¿qué sucede cuándo la mayor parte del tiempo estamos fuera de casa y comemos lo que tenemos a nuestro alcance?  Y, es que no siempre resulta ser la comida mejor elaborada, saludable o con la higiene adecuada, aquella que se cruza por nuestro camino.  Incluso, para muchas familias donde ambos padres trabajan, es usual comprar comida en algún restaurante cercano a la casa o a la oficina y llevarlo a su hogar para alimentar a su familia, buscando principalmente la rapidez y comodidad a sus horarios de trabajo.

Sin embargo, lo mejor que podemos hacer si tenemos un ritmo de vida acelerado, es analizar nuestra rutina y establecer reglas y hábitos alimenticios aún en éstas circunstancias.  Quizá, para lograrlo, te sean útiles los siguientes consejos:

1.  Establece un presupuesto:  Es importante que determines el costo máximo que te permitirás gastar diariamente en tu comida, pues de ello dependerá el tipo de restaurante que podrás elegir.
2. Haz un mapa de tus sitios y rutas de trabajo:  Conocer tus rutas favoritas y aquellas que pudieran ser una alternativa, te ayudarán a ubicar de mejor manera los negocios de comida.
3. Apóyate en Internet y Aplicaciones Móviles:  Google Maps y Facebook pueden ser tus aliados para que, en tus tiempos de descanso, ubiques los negocios de comida que llamen tu atención.  Generalmente mientras conduces tu auto, no prestas atención a los negocios del camino y terminas aceptando el primero que identificaste, dejando de lado otros negocios de comida.

Ahora bien, ya tenemos algunos negocios localizados pero, ¿cómo saber si la comida que ofrecen aporta los beneficios a nuestra dieta diaria?

Lo mejor será probar directamente la comida.  Puedes comenzar con acercarte a su menú, ya sea desde su página de Internet, o a través de sus redes sociales o directamente en el local.  Además, no habrá mejor manera de comprobarlo que consumir los alimentos, pero asegúrate que su menú ofrezca al menos lo siguiente:

• Platillos bajos en grasa como: pescado (empapelado, en ceviche o cocido al vapor), pollo (asado, hervido, al horno, a la plancha o a la parrilla y sin salsas preferentemente), carne de res (asada, a la plancha, a la parrilla, en su jugo o al vapor), verduras (rellenas, al vapor) y tartas horneadas (con verdura, vegetales o carnes).
• Platillos con ingredientes de calidad: alimentos frescos (evita lo enlatado y congelado), aceites que no estén reutilizados, agua fresca y de frutos naturales y salsas recién preparadas.
• Guarniciones saludables:  arroz (hervido o frito en poca grasa), pastas, verduras y sopas bajas en grasa (consomé de pollo, sopa de hongos o de verduras).
• Postres saludables:  Bajos en grasa y azúcar, con de frutos naturales.

No significa por supuesto que evites los antojos, pero deja que esos momentos irresistibles a las grasas y azúcares sucedan en menor medida y te darás cuenta de los beneficios a largo plazo que traerá a tu salud y a la de tu familia.

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