Psicólogo Emmanuel Velásquez - Oaxaca de Juárez

La estructura de la música clásica fue radicalmente violentada por algo que nacía en los pequeños poblados de Nueva Orleans y del sur de los Estados Unidos de América. No habría tal violencia sin el contexto al cual pertenece este naciente sonido.

Europa estaba plagado de la influencia del barroco y de la música clásica, que con el impacto de Lidwing Van Beethoven y su evolución llegaron al romanticismo musical, de donde aparecerían famosos músicos tales como: Chopin, Liszt, Verdi o Paganini, y claro Wagner, y sus sucesores del romanticismo victoriano.

A pesar de la evolución en la manera de hacer música, aún no existía la ruptura que pudiese ser de corte revolucionario, ya que los músicos seguían sobre una evolución lineal, sin romper todos… me refiero a muchos paradigmas teóricos de la música.

Mientras eso pasaba en Europa,  y el doctor Freud escuchaba la música de Richard Wagner. En América las cosas no eran de esta forma. 

Los esclavos negros provenientes de África hacían un sincretismo cultural entre sus percusiones, sus cantos y los instrumentos que ya existían de esa zona del estado de Luisiana.

Aquellos quienes estaban sometidos tenían una nueva forma de hablar,  a través de su música. La cual poco tenía que ver con las estructuras armónicas clásicas y que de alguna forma permitieron cierta libertad a los ejecutantes.

Así para 1913 nace oficialmente el Jazz…

¿Qué dice el jazz? Ruptura, tan simple. Una forma distinta de percibir la música, no es una evolución de la música clásica, porque histórica y musicalmente, no pueden tener una relación. Sino es una subversión, a la música en cierto sentido, pero más aún, a la sociedad. 

Incluso en los inicios,  los músicos clásicos tenían cierta separación con los músicos de jazz, debido a no compartir los elementos teóricos que los emparejen.

Las cosas han cambiado y es común ver a músicos de jazz tocar clásico, viceversa o no hacerlo, pero aceptando la cualidad del otro.

Regresando. Todo eso que se tocaba desde mediados del siglo XIX y que se consagra a principios del XX, tenía una cruda historia. Detrás de toda la alegría, lo picaresco y jovial del jazz, había esclavos, miseria y tristeza. El jazz y en especial su base: el blues (que es a grandes rasgos: melancolía)  son en esencia un canto de lo más profundo del alma, que unificaba a una raza con un sonido característico, que no solamente hacía eso, sino que hablaba por ellos. Siendo radicales, se podría decir que: el jazz ponía todo de cabeza, donde todo estaba prohibido.

El jazz para 1920 se vio profundamente ligado a todo lo que la sociedad repudiaba: prostíbulos, alcohol, mafia y drogas, los únicos lugares donde esta música tenía un espacio, no podía ser en otro lugar que donde se concentrará la gente «de abajo» . En efecto, no cabría una música de negros en restaurantes elegantes. ¿Cómo han cambiado las cosas, no?

Esta música sin duda fue llamando la atención de jóvenes blancos que buscaban una forma diferente de expresarse, pues no solo era música, sino también libertad. Solo basta abrir el «Real book», donde aparecen las partituras en una o dos cuartillas, el resto es improvisación y todo lo que venga a la imaginación del músico.

A pesar de la libertad que esta música pone, para que cada músico se exprese, digamoslo así, a su antojo; también hay reglas y formas, quien quiere ser jazzista se ve obligado a aprender a hablarlo o nadie lo escuchará.

En términos generales y para concluir. El jazz nace ante una fuerte demanda, es un grito que permitió que el oprimido se resignifique y se siga resignificando, el jazz es una revolución incluso política. Esta música con todo lo que ella representa da algo de libertad robada.