Templo Evangélico Monte Sinai MIEPI - 07510 Gustavo A. Madero

El inicio de un nuevo día es una bendición de Dios sin duda, pero también se constituye un verdadero desafío, mayormente cuando se tiene proyectado realizar diferentes actividades durante el mismo. Es innegable que el trabajo dignifica la vida del ser humano, ¡es bueno trabajar! Sin embargo, debemos ser sabios y priorizar lo que mejor convenga a la Obra de nuestro Dios. Se ha acuñado una frase que revela una gran verdad: “Puede uno ocuparse tan afanosamente en las tareas de la viña del Señor, que es factible el obrero descuide su comunión con el Dueño de la viña”.

Spurgeon expresó que debido a todos los compromisos ministeriales que debía enfrentar en el día, por lo menos oraría de dos a tres horas para obtener de Dios la capacitación divina. Su trabajo ministerial incluía la preparación de 10 sermones a la semana para una audiencia promedio de 30 mil personas, dirigió incontables ministerios: incluyendo hogares para ancianos y niños, casas de refugio para personas pobres, bajo su pastorado fue construido en antiguo Tabernáculo Metropolitano. Spurgeon era tan común como nosotros, pues enfermaba constantemente, sin embargo, los resultados de su ministerio no fueron comunes sino extraordinarios. Se considera que son millones de personas que lo han leído por sus libros y por sus bastos sermones traducidos a varios idiomas en el mundo.

Obtuvo enormes resultados porque respondió a una época de mucha necesidad espiritual, evangelizó, fue misionero, erudito bíblico pues su preparación fue constante y llena de fe. Y su trabajo fructífero se debió a la disciplina que aplicó en su vida de oración.

De ahí la importancia de no descuidar este aspecto de oración en la vida personal de cada uno, actividad, como sabemos, no puede ser sustituida por ninguna otra cosa; porque la oración es el motor que propulsa nuestra vida para trabajar eficientemente en el ministerio pastoral, es el aliento de Dios en nosotros que inspira nuevos proyectos en bien de Su Obra, es la potencia que nos ayuda a vencer todo lo malo, así como los ataques del maligno, es consuelo en las tribulaciones y enfermedades, en otras palabras, es la vida de Dios en nosotros.

Estimados consiervos, cada día, cada mañana, consideremos la importancia de reunirnos con el Eterno Dios en oración como el Salmista lo hacía: “Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré a ti, y esperaré”. Platiquemos con Él respecto a lo que haremos, comencemos el día con Su impulso divino a pesar de los obstáculos que enfrentemos. ¡Saldremos adelante!, porque la Obra que haremos no es nuestra, ES DE DIOS.

En este mes de JUNIO imploremos a Dios misericordia con los horarios de oración asignados a cada Zona, cubriendo las 24 horas del día durante los siete días de la semana, de tal manera que oremos a Dios, tanto en horario a.m. y p.m. Cuando corresponda orar en horario a.m. Se orará por cinco peticiones específicas, y cuando se ore en horario p.m. Se orará por otras cinco peticiones. Cada semana se actualizarán las peticiones. También cada Zona ofrecerá a Dios un día de ayuno de 24 horas. A continuación, adjunto el programa de como lo haremos. D. M.