Tepicor - 63173 Tepic

Un día caminando a misa pasaron por el lienzo charro. Entraron a saludar al caballerango, cliente y amigo de la familia. Estaba preparando a un caballo alazán para que participara en el desfile de las fiestas de Tepic. Entre plática y plática el caballerango comentó sobre lo rico que sabían las salsas de la señora.

Al salir del lienzo, el herrero, extrañado le preguntó a su esposa – ¿Y éste cómo sabe que te quedan buenas las salsas? ¿A poco ha ido a comer a la casa? – Mortificada, ella le contestó que seguro las había probado en la comida que preparó el día que bautizaron a su ahijado. A partir de ese día, la señora empezó a preocuparse. Era sólo cuestión de tiempo para que su marido se enterara de lo que estaba haciendo con los chiles del huerto

Un día mientras iba caminando al Nayar para celebrar la Semana Santa se encontró con un hombre vestido a la usanza de los coras. Ella se le acercó y le obsequió una de sus salsas, a lo que el hombre respondió:

“Aquel que calla se le enchila el alma, pero aquel que habla encuentra el camino”.

Al escuchar estas palabras inmediatamente supo lo que debía hacer. Al llegar a casa, eligió los mejores chiles del huerto y preparó 7 salsas diferentes agregando distintos ingredientes que se encontraban en su cocina, los llevó a la mesa y llamó a su esposo a comer. Él fascinado con la variedad de sabores que estaba probando entendió en ese momento que el talento de su esposa era aún más grande que su sueño.

Fue así como ambos, convirtieron un viejo taller de herrería en un “huerto de chiles” que daría origen a las deliciosas “Salsas TEPICOR” , nombre que honraría sus origenes y cariño de su gente.

Lo que empezó como un pequeño negocio, creció y se convirtió en un compromiso con nuestros clientes, por ello, sabemos que es momento de llevar el sabor de Tepicor a todos los hogares del mundo con la calidad y el sabor de sus recetas originales.